Su compromiso de guardia las veinticuatro horas al día durante los últimos cuarenta años, su talento al servicio de la sociedad, su creatividad compartida opensource, su personalidad por delante… y alrededor y, por el camino, amigos, Peridis sobre todo tiene muchísimos amigos.
Maestro y de los buenos, en el sentido más honrado de la palabra, no sólo por lo que nos ha enseñado, sino por el número de discípulos que ha conseguido, somos una auténtica legión: más de 700.000 hemos pasado por las Escuelas Taller en España, Latinoamérica, África y Asia, y el mismo camino lleva el programa Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento. La Enciclopedia del Románico en la Península Ibérica, programas de restauración territorial de iglesias románicas, los centros de turismo rural y artesanía, Tercera Actividad, series de televisión, publicaciones, innovación social y tecnológica… son tan solo algunos de los muchos proyectos de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico que han surgido de la iniciativa, de la creatividad de un lector de Unamuno que hace cuatro décadas se sintió señalado e inspirado con la frase “hasta una ruina puede ser una esperanza” con la que el escritor vasco se refería a las ruinas del monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo.
Su capacidad de adaptación a la realidad es inagotable y perspicaz, no se ha rendido nunca ante las contrariedades, ha cumplido y ha hecho cumplir siempre la palabra dada, ha sabido motivar, con el ejemplo, en el trabajo y en el esfuerzo y nos ha animado a crecer en todas las direcciones, tanto desde el plano personal como desde el institucional.
Peridis es una figura esencial, sus rasgos y valores personales resaltan con fuerza por encima de todo: políglota campechano que se hace entender por todo el mundo, socarrón y bromista irredento que se ríe de sus luces y de su sombra, aldeano del mundo y cosmopolita lebaniego-palentino, dibujante, arquitecto, escritor, conferenciante, tertuliano, padre, marido, viajero y lo que se proponga, vividor en el mejor sentido de la palabra, porque se siente vivo y vivirá siempre con las botas puestas.
Generoso con su tiempo, con sus ideas y con sus propios recursos, ha dignificado el término “sin ánimo de lucro”, derrochando ánimo, fuerza, valentía y confianza en las personas, que para él, están por encima de todo. Ha puesto el foco en el patrimonio cultural, la despoblación y el desempleo, pero sobre todo ha sabido conjugar estos tres términos para ofrecer un modelo de liderazgo que se basa en solucionar problemas (no sólo enunciarlos o analizarlos) generando modelos de crecimiento útiles para la sociedad.
Peridis es imprescindible porque ha luchado durante toda una vida para mejorar la vida de los demás. Por eso los más de 3.000 compañeros de la Fundación que hemos compartido contigo durante estos cuarenta años la emoción y la pasión por un trabajo bien hecho, queremos darte las GRACIAS, así, con mayúsculas y enredadas en nuestro más entrañable abrazo, gracias por habernos enseñado cada día a reconstruir futuro, a seguir soñando, creando y trabajando.
Juan Carlos Prieto, director de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico
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