Yacimiento de Ulaca en la provincia de Ávila

 

El estudio ha sido realizado por el equipo de nuestra área de paisaje y sostenibilidad. Para poder elaborarlo se han analizado los efectos del gran incendio forestal (GIF) de Navalacruz (Ávila).

La información recopilada está disponible en formato digital. El estudio ha sido financiado por el Programa Investigo, incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

 

“El informe pone de manifiesto que, aunque los incendios forestales son comúnmente asociados con la devastación del patrimonio natural, también afectan al Patrimonio Cultural, especialmente a los paisajes culturales”, explica Gumersindo Bueno, coordinador del proyecto.  En este sentido, recuerda que el fuego puede tener diferentes efectos en función de su intensidad y duración. Así, para poder prevenir es necesario conocer no solo el comportamiento de las llamas, sino las condiciones previas de la zona que queremos proteger.

Además, actualmente, advierte Bueno, “el cambio climático está aumentando el riesgo de sufrir incendios forestales extremos, dado que los paisajes están expuestos al incremento de las temperaturas y a sequías prologadas”.  El fuego o los grandes incendios pueden afectar a los paisajes culturales y a su patrimonio, especialmente, a los yacimientos arqueológicos, que suelen ubicarse en zonas forestales o rodeadas de vegetación.

Gran Incendio de Navalacruz

Para abordar los peligros que entraña el fuego, el estudio se ha centrado en los efectos del gran incendio de Navalacruz en Ávila, ocurrido en 2021. En este caso, el fuego afectó a una vasta superficie de más de 22000 hectáreas, incluidos elementos arqueológicos como el Castro de Ulaca. La mayor parte del patrimonio sufrió daños leves. Sin embargo, en algunos elementos, como el puente de Muñico, el daño fue mayor, dado que colapsó por los efectos del fuego sobre su estructura.

 

Vistas de la sierra de la Paramera desde Ulaca el 6 de junio de 2023, casi dos años después del incendio

 

Recomendaciones y pautas

Entre las principales conclusiones del informe está “la falta de medidas de protección que presenta el patrimonio cultural ubicado en terrenos forestales”. Por ello, se recogen una serie de recomendaciones y pautas que permitan mejorar esta situación. Una de ellas es la necesidad de concienciación y divulgación en una doble dirección. Por un lado, concienciar a la sociedad y a los gestores de bienes culturales de los riesgos y peligros que entraña un incendio. Por otro, formar e informar a las brigadas de extinción para tengan identificados y ubicados los Bienes Culturales y sepan cómo actuar sobre ellos.

Otra de las acciones necesarias es el diseño y redacción de planes específicos de prevención de incendios para cada bien. Pautas que deberán ser consensuadas entre expertos en patrimonio cultural y en extinción de incendios forestales. Junto a estas recomendaciones generales, el estudio recoge otras más concretas, como el uso de nuevas tecnologías y, especialmente, drones, para reconocer y detectar incendios, evitando que se propaguen. La creación de paisajes mixtos o el desbroce de las zonas cercanas a bienes culturales son otras de las acciones de prevención.

“La supervivencia de los bienes culturales que se encuentran en entornos naturales corre un grave peligro, si no se establecen medidas de protección adecuadas para cada elemento”, concluye el coordinador del proyecto.

 

Descarga aquí el informe completo