Hemos presentado alegaciones a la construcción de macrogranjas porcinas en la zona de La Ojeda.
¿El motivo? La acción echaría por tierra el trabajo realizado durante años para consolidar el patrimonio natural y cultural como motores de desarrollo de la comarca.
Junto a las alegaciones,hemos presentado un informe de más de 200 páginas que recoge el valor histórico, patrimonial y artístico del románico de La Ojeda. Más de una treintena de edificios se verían afectados por la construcción de estas macro granjas, entre ellos, testimonios tan significativos como el monasterio de San Andrés de Arroyo, uno de los más sobresalientes del Císter en el antiguo reino de Castilla o Moarves de Ojeda, que presenta una de las portadas de más calidad del románico español.
A la destrucción visual del paisaje cultural se unirán los problemas ocasionados por el impacto ambiental de un número tan elevado de animales que contaminarán el aire, tornando el olor del campo por el de los purines, que espantará al visitante que recorre la zona en busca de la tranquilidad y autenticidad de un entorno rural privilegiado.
Seña de identidad y motor de desarrollo
No podemos permitirnos renunciar al trabajo realizado para lograr el reconocimiento social y la identificación de los ciudadanos con su territorio. Proyectos como la Enciclopedia del Románico y planes de intervención como Románico Norte, han servido para consolidar los monumentos que salpican nuestra geografía como una apuesta de futuro.
De hecho, el románico se está convirtiendo en un recurso de primer orden para muchas comarcas deprimidas, dado que se ha creado una demanda social sobre este estilo artístico y son muchos los turistas y estudiosos que se interesan por recorrerlo. El románico es seña de identidad del territorio y recurso de futuro, de ahí que solicitemos a las partes implicadas, la paralización inmediata de la construcción de macrogranjas porcinas en la zona.
Nos sumamos, de este modo, a las reivindicaciones de ayuntamientos y plataformas como Pisoraca Comarcas Vivas que llevan meses posicionándose en contra del proyecto de las macrogranjas.
Por un románico abierto
No hay que olvidar, que no solo es necesario estudiar, restaurar y conservar nuestro patrimonio, en este caso, el románico, sino que también es fundamental difundirlo para garantizar su preservación y convertirlo en verdadero eje de futuro y desarrollo.
De ahí que apoyemos la campaña “Por un románico abierto”, iniciada por nuestra compañera, la historiadora Cristina Párbole, quien reclama una ampliación de los horarios de apertura de los edificios para que puedan ser contemplados por vecinos y visitantes, dado que “solo se conserva y protege, lo que se conoce”.
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