La iglesia de  rupestre de Olleros de Pisuerga pasa el primer corte para ser El Mejor Rincón 2015 de la Guía Repsol           

La iglesia rupestre de los Santos Justo y Pastor, en Palencia, restaurada en el marco del Plan Románico Norte, es uno de los ocho espacios que se mantiene en la competición organizada por la Guía Repsol  para lograr proclamarse “Mejor Rincón 2015”.

El templo de Olleros es el representante de Castilla y León, en una competición, que se inició el pasado 10 de junio, en la que participaban 17 rincones, uno por comunidad autónoma. Los ocho lugares más votados han pasado el primer corte y un sorteo ante notario los ha ido emparejando para competir en los cuartos de final.

Así, el ricón palentino compite con el Monasterio de Nuestra Señora de Valvanera, en La Rioja. También han logrado pasar el corte la Plaza Mayor de Graus (Aragón) que se batirá en duelo con la Villa Fortificada de Buitrago del Lozoya (Madrid);  el Castillo de Almansa (Castilla-La Mancha), con Santa María de Zumarraga La Antigua (País Vasco); y el Monasterio de Santa María de Irantzu (Comunidad Foral de Navarra) con el Monumento Natural los Barruecos (Extremadura).

Ocho lugares que, de nuevo, competirán entre sí , para lograr pasar a la siguiente fase. De cada una de las cuatro parejas formadas,  sólo continuarán participando los enclaves más votados por los usuarios en la página habilitada a tal efecto por la Guía Repsol. El 29 de julio se sabrá qué lugares han logrado pasar a semifinales. El 19 de agosto se conocerán los dos finalistas y el 10 de septiembre se proclamará el rincón ganador, el lugar que más apoyo haya recibido por parte de los internautas.

La iglesia de Olleros de Pisuerga

El templo en sí, constituye una auténtica joya arquitectónica y cultural. Excavada en la roca, la iglesia rupestre de los Santos Justo y Pastor se presenta al visitante, rodeada de un halo de misterio y leyenda. Fue, además, la primera intervención llevada a cabo en el marco del Plan Románico Norte, promovido por la Junta de Castilla y León, en colaboración con la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico y las diócesis de Palencia y Burgos.

La restauración procuró, sobre todo, respetar el carácter rupestre del templo y su evolución histórica y se centró, inicialmente, en el edificio, con trabajos de albañilería y carpintería y en los bienes muebles, incidiendo en la conservación y restauración de cada una de las piezas. La combinación de ambos trabajos dio como resultado la aparición de importantes hallazgos: varias pinturas murales góticas y de siglos posteriores.

La instalación de nuevas luminarias y bancos, diseñados específicamente para integrarse en el espacio o la realización de una audioguía para facilitar las visitas completaron una actuación, que, desde entonces, ha sido reconocida con el Premio ARPA de Restauración 2008 y con un áccesit en los Premios ARQAno 2007, en la categoría de restauración y rehabilitación.