En este artículo, Gumersindo Bueno, responsable de la Oficina de Dirección de Proyectos de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, nos facilita algunas claves para entender hacia dónde camina el sector del patrimonio cultural y, sobre todo, qué perfiles serán los más demandados, en un entorno cambiante, que va incorporándose a toda velocidad al siglo XXI, la era digital, el tiempo de las ciudades inteligentes.
Hace uno días tuve la oportunidad de asistir a una reunión de expertos europeos ocupados en áreas científicas que tienen incidencia o aplicación en el Patrimonio Cultural. A esa reunión asistieron arquitectos restauradores, ingenieros civiles especializados en materiales de construcción, restauradores de bienes inmuebles y de bienes muebles, ingenieros eléctricos que tratan la eficiencia energética y la iluminación de edificios históricos, expertos en fotogrametría, propietarios de inmuebles, docentes, arqueólogos, etc.
Todos coincidíamos en la importancia de preservar el Patrimonio de una forma sostenible para entregarlo a las generaciones futuras. Otro de los puntos en el que estábamos de acuerdo, es en que, hasta que llegue el momento de pasar el testigo, podemos y debemos utilizar el Patrimonio como herramienta para mejorar el desarrollo económico local.
Hablábamos allí de la necesidad de que las distintas áreas de conocimiento, de que las distintas profesiones e interesados que influyen sobre el Patrimonio Cultural, establezcan puntos de encuentro y generen un idioma común, para facilitar la gestión de los bienes protegidos.
El Patrimonio, ¿una Torre de Babel?
Actualmente el Patrimonio Cultural es una Torre de Babel en la que las distintas profesiones quieren tener un papel preponderante y hacer valer su visión sobre las demás. Junto a ello, administracionesy propietarios desean mantener la posición que les corresponde y que deriva de la legislación en el primer caso y de la titularidad en el segundo. Por último, los usuarios y las comunidades en las que se integran también quieren dejar patentes sus aportaciones.
¿La solución? Gestor del Patrimonio Cultural
La solución al problema pasa, posiblemente, por la interoperabilidad. Una técnica para hacer que sistemas de lenguaje diverso lleguen a ser compatibles y puedan entenderse mutuamente. Sin llegar al exceso de generar un “esperanto” del Patrimonio creo que la solución para la integración de las diversas disciplinas, para facilitar el diálogo entre las distintas áreas de conocimiento, garantizando la satisfacción de propietarios, usuarios y administraciones vendrá de la mano del Gestor del Patrimonio Cultural. Una profesión que adquirirá relevancia en los próximos años y cuyo potencial residirá en la capacidad de mantener en uso los bienes protegidos de manera eficaz y eficiente, para que seamos capaces de obtener un rendimiento económico socialmente favorable, sin perjudicar el valor del bien en cuestión.
¿Cómo será este nuevo profesional?
Está claro que este nuevo profesional, deberá, sin duda, tener habilidades de gestión y comunicación para tratar con todos los implicados en el funcionamiento del Patrimonio, includos usuarios y visitantes. Del mismo modo, habará de ser capaz de administrar los recursos y conocer transversalmente todos los aspectos que influyen en la conservación del bien. En resumen, será un profesional, con un perfil integrador, volcado en la consecución de beneficios sociales mediante el uso de un legado histórico. Alguien formado en áreas tan diversas y a la par relacionadas, como la conservación preventiva, la comunicación social, la gestión económica, la energía, la historia o la arqueología.
¿Existe esta profesión?
Quizá aún no, pero es evidente, que la vamos a inventar entre todos aquellos que a diario luchamos para que el Patrimonio Histórico sea más relevante y ocupe el papel que realmente le corresponde en nuestras sociedades.
Un artículo de Gumersindo Bueno Benito, responsable de la Oficina de Dirección de Proyectos de la FSMLRPH.
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