Del románico gallego y los aromas del Albariño a las culturas prehelénicas de Micenas, Santorini o Creta.

Dos destinos muy dispares, pero de increíbles paisajes, que Cultur Viajes, nuestra agencia especializada en turismo cultural, ha recorrido con sendos grupos de viajeros.

 

De monasterios, paisajes y Rías Baixas

En Galicia, guiados por Jaime Nuño, director del Centro de Estudios del Románico, y Paula Álvarez-Santullano, Coordinadora de Cultur Viajes, pudieron explorar algunos de los nutridos paisajes, rincones y monumentos de esta tierra frondosa y verde.

Con los icónicos monasterios del románico gallego como hilo conductor, los curiosos visitantes pudieron enriquecerse de los otros atractivos de la región, como la escarpada costa de las Rias Baixas, tierra del afamado albariño y del preciado marisco, indispensables como sabrosos complementos.

Una trayectoria por esta histórica región que comenzó con una visita por la ciudad de Ourense, con su catedral inspirada en el modelo compostelano, para continuar por los emblemáticos monasterios de Oseira, Aciveiro o Carboeiro, que dominaron la Galicia interior.

Cerca de la costa, los viajeros recorrieron los cenobios de Armenteira u Oia, ya en las Rías Baixas, inmersos en un entorno de viñas de uva blanca, que vigilaban los antiguos galaicos desde las alturas del castro de Santa Tecla o desde las torres de la catedral de Tui, una fascinante perspectiva para finalizar el viaje.  

 

 

Un recorrido por el germen de la Grecia clásica

Paralelamente, casi a la par, otro grupo de viajeros, recorría el ar Egeo, para descubrir las culturas preclásicas minoica y micénica con Víctor Álvarez, director del Área de Turismo y Cultura, y María Heredia, coordinadora comercial de Cultur Viajes, para empaparse además de los pintorescos pueblos y del transparente mar que envuelven a esta región mediterránea.   

Antiguas y misteriosas culturas que se desarrollaron en una lejana época, desde los inicios del II milenio antes de Cristo hasta los años de la llamada Edad Oscura Griega, cuando colapsa el mundo micénico. Una milenaria historia que ha llegado hasta nuestros días en forma de cuantiosos yacimientos, sombra y reflejo de antiguas ciudades y palacios.

El Museo Arqueológico Nacional de Atenas fue el punto de partida del trayecto, un lugar idóneo para introducirse en el legado material y espiritual de las culturas preclásicas. Un primer contacto, que sirvió de contexto para la siguiente vista al yacimiento de Micenas y las bellas ciudades del este del Peloponeso de Epidauro y Nauplia.

Ya inmersos en las islas Cícladas, los viajeros descubrieron la bella Santorini, con su colorida mixtura de azul y blanco, y el yacimiento de Akrotiri, uno de los restos más elocuentes de la cultura minoica. Todo ello, para terminar en la mítica Creta, con una visita a su capital Heraklion, a los palacios minoicos de Cnosos, Malia, Festos y Agia Triada, y al encanto mediterráneo de la ciudad de Chania.