“Conectando corazones” es el nombre que el colegio San Gregorio ha dado al intercambio de experiencias que los alumnos de 1º de Bachillerato del centro realizan estos días con Tercera Actividad, nuestro centro de atención a personas mayores de Aguilar de Campoo.
¿El reto? Seguir conectados en tiempos de aislamiento, atentos a los problemas del entorno y aprendiendo de la experiencia compartida.
“Las actividades intergeneracionales siempre han sido muy importantes para nosotros y gracias a las nuevas tecnologías podemos seguir desarrollándolas”, explica Alejandro Serrano, director de Tercera Actividad Aguilar, quien asegura que las tablet, los ordenadores y los teléfonos móviles se han transformado en herramientas de trabajo diario para ellos, dado que les permiten respetar todas las medidas de protección y zonificación para garantizar la seguridad de los mayores y, además, les facilitan el desarrollo de acciones como videollamadas que “hagan más fácil su día a día y que sigan manteniéndoles en contacto con el entorno y con sus seres más queridos”.
En el colegio San Gregorio, el uso de las nuevas tecnologías siempre ha sido parte de su día a día y también iniciativas como ésta, en plena consonancia con los valores del centro. Uno de los más importantes es la solidaridad con cualquier colectivo y en cualquier circunstancia. “Nos parecía importante que nuestros alumnos pudiesen acercarse a personas especialmente vulnerables en esta situación”, apuntan, para “acompañarles” y para darse cuenta de que pese a la diferencia generacional existen “aspectos en común en los que encontrar puntos de encuentro y diálogo”.
Conectando corazones, tejiendo lazos
La iniciativa ha dado resultado y ya empiezan a tejerse los primeros lazos: alumnos que comparten su afición por la agricultura con residentes que también han vivido en pueblos, otros que intercambian pareceres y conocimientos sobre diferentes asignaturas como las matemáticas e incluso hay quien descubre que conoce a las mismas personas o que los abuelos de unos eran amigos y vecinos de otros.
Por ahora, hay 40 corazones conectados: 20 jóvenes y 20 personas mayores. Para todos, la experiencia será enriquecedora. Los alumnos del colegio San Gregorio podrán darse cuenta de las situaciones que viven otras personas y conectarán con alguien que no es de su generación, “pero tiene mucho que aportarles porque ha vivido muchos años y la experiencia es un grado”. Además, “vamos poniendo semillas para que los problemas que les rodean no les sean ajenos. Ahora la iniciativa es del colegio, pero cada vez más son ellos mismos quienes buscan solución a los problemas del entorno”.
En Tercera Actividad disfrutarán de su compañía y de su alegría, porque estas conexiones son ventanas abiertas a un exterior vetado. La buena acogida que ha tenido el proyecto da pie también a que pueda prolongarse en el tiempo, al menos, “hasta que podamos volver a reunirnos en persona”. Mientras tanto, las nuevas tecnologías conectarán corazones, con personas y sensibilidades para seguir despertando la empatía hacía lo que ocurre a nuestro aldedor, tal y como refleja la imagen creada por el Colegio San Gregorio para dotar de identidad y cohesión al proyecto.
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