20 personas participaban durante el fin de semana en el sexto taller de fotografía de la Fundación Santa María la Real. Guiados por el historiador Jaime Nuño y el productor audiovisual Marce Alonso, se detuvieron en los detalles de edificios medievales como las iglesias de Perazancas de Ojeda, Rebolledo de la Torre o Revilla de Santullán.

El taller de fotografía da paso hoy al de románico, que congrega a 60 aficionados. El tema de este año es el edificio románico como expresión de una época y durante tres jornadas recorrerán para comprobarlo, templos como los de Renedo de la Inera, Nogales de Pisuerga, Las Henestrosas de las Quintanillas, Matalbaniega o Moarves.

 

“Llevamos once años impartiendo el taller de románico”, recuerda Pedro Luis Huerta, coordinador del programa de cursos de la Fundación Santa María la Real, “nuestro objetivo, tanto en este taller como en el de fotografía, es ofrecer a los participantes una nueva forma de observar los monumentos, más didáctica y práctica, impartiendo las lecciones al pie de los edificios”.

Ése será, precisamente, el tema central de este año, el edificio como expresión de una época. “En los últimos años estamos asistiendo a un interés creciente por la Edad Media que se manifiesta en disciplinas tan dispares como la novela histórica, el cine o las series de televisión. Uno de los puntales en los que se apoya este interés son las construcciones de aquellos siglos y especialmente las de estilo románico”, comenta Huerta.

Cuando se habla de románico, enseguida pensamos en “las siluetas de pequeñas iglesias recortadas sobre bellos entornos naturales, los espacios en penumbra donde todavía se palpa la espiritualidad de sus antiguos moradores o los repertorios figurativos que trasmiten mensajes muchas veces crípticos”. Sin embargo, como podrán comprobar los 60 alumnos del taller, el edificio románico ofrece mucho más que esto.

“Sus muros nos hablan de la época en que fueron construidos o renovados, de las gentes que los erigieron, de la tecnología de que se sirvieron y del complejo universo espiritual que lo envolvía todo. Son, en definitiva, la mejor expresión de la vida de aquellos tiempos”. Con los arquitectos Juan Carlos Prieto Vielba y Jesús Castillo Oli, los participantes recorrerán las iglesias de Renedo de la Inera, Nogales de Pisuerga y Lomilla, donde aprenderán cómo se construyeron estos edificios y los problemas de conservación que han ido superando a lo largo de la historia.

Cillamayor, Villavega de Aguilar y Las Henestrosas de las Quintanillas serán el escenario para las clases del historiador Jaime Nuño González, quien les hablará del papel que jugaba la iglesia en la vida del hombre medieval y de la relación entre parroquia y aldea. Con Pedro Luis Huerta Huerta y el músico Alberto Redondo Antolín, recorrerán los templos de Perazancas de Ojeda, Montoto, Moarves y Matalbaniega, para ver que la iglesia era, en ocasiones, un espacio festivo.

El taller se cerrará el jueves, en el refectorio del monasterio de Santa María la Real, con la intervención de Gerardo Boto Varela, centrada en los “claustros itinerantes”, en la que ofrecerá algunas hipótesis y teorías sobre emplazamientos, traslados y nuevos contextos para viejas piedras medievales.

 

 

A la búsqueda del detalle románico

 

Si los alumnos del taller didáctico se centrarán en el edificio, los participantes en el taller de fotografía han podido rastrear sus detalles de la mano de Jaime Nuño y Marce Alonso. Una veintena de aficionados al arte y la fotografía recorrían durante el fin de semana las iglesias de Perazancas de Ojeda, Rebolledo de la Torre y Revilla de Santullán, para detenerse en la fuerza del detalle.

«Hemos tratado de hacerles entender que construir un buen discurso visual no depende solo de una buena cámara de fotos, sino también de saber lo que se quiere contar y de los recursos de los que disponemos para lograrlo”, explicaba Marce Alonso, quien recordaba que “como en toda disciplina artística, la composición, debe de ser equilibrada tanto en los aspectos técnicos y estilísticos como en los emocionales”.

El reto de este sexto taller de fotografía, más allá de las pautas sobre la técnica o la cámara ha sido “comprender que la mejor fotografía no es aquella en la que aparecen más elementos sino aquella en la que aparecen con más sentido”.  Además de atender a las explicaciones de Marce y Jaime, los alumnos han podido realizar sus propias fotografías, analizarlas, valorarlas y han tenido la oportunidad de escuchar a profesionales como Maximiliano Barrios Felipe, quien les hablaba de los fotógrafos del detalle o Elena Aranda y Roberto Chavarri, quienes les mostraron una innovadora técnica para fotografiar el románico sin perder un solo detalle.