Llevamos cuatro décadas incentivando la innovación en el ámbito del patrimonio cultural con el desarrollo de herramientas como nuestro Sistema de Monitorización del Patrimonio. Un tiempo que nos ha permitido darnos cuenta de que no basta con restaurar, sino que es necesario también garantizar la conservación preventiva y la gestión  eficiente del patrimonio, especialmente en un momento como el actual. Vivimos en la era de las ciudades smart, del internet de las cosas (IoT), y el patrimonio no puede quedarse atrás en este viaje. Hoy, gracias a las nuevas tecnologías, podemos hablar de edificios históricos inteligentes. El reto ahora es dar el salto, de los edificios a los territorios, un aspecto en el que ya estamos trabajando, liderando y colaborando en diversos programas europeos de investigación que nos permiten ofrecer cada vez mejores soluciones tecnológicas.